SINFINES Y ELEVADORES DE CANGILONES EN UNA LÍNEA DE RECICLAJE DE RESIDUOS ASR / FLUFF

Sinfimasa diseñó un doble sinfín con tornillos sin fin y un elevador de cangilones para un material difícil, compuesto por fracciones muy diferentes.

Material heterogéneo

En esta ocasión, nuestro cliente es una planta de tratamiento de residuos que necesitaba transportar partículas finas procedentes de una máquina trituradora. El material a granel que había que transportar era muy heterogéneo: estaba formado por un 60% de caucho y plásticos, un 15% de vidrio, tierra y minerales, un 10% de textiles y madera, un 10% de pinturas y óxidos y un 5% de metales.

El flujo de material era de 7 toneladas por hora, con una granulometría de 0 a 20 mm, una densidad de 600 kg/m3 y un contenido de humedad del 10 al 15%.

Transportadores de tornillo cerrados

Era difícil utilizar una cinta transportadora, ya que el derrame de material causaría un problema medioambiental. La solución fue diseñar un sistema de transportadores de tornillo cerrados que evitan el derrame del producto. Además, también se evita la mano de obra en el recorrido y los posibles accidentes con los rodillos y tambores de una cinta transportadora.

Robusto y de fácil mantenimiento

Para asegurar una extracción eficiente de la tolva que almacena el material a procesar y evitar la acumulación de producto, Sinfimasa diseñó un doble sinfín en artesa para permitir la inspección en todo el recorrido y facilitar el mantenimiento.

El sinfín se fabricó en acero antidesgaste HB400 y se instaló un motorreductor SEW con potencia suficiente pero con una relación de revoluciones corta para reducir el desgaste y alargar la vida útil del transportador.

Elevador de cangilones sobredimensionado

Para la elevación del material se diseñó y fabricó un elevador de cangilones con cinta antiabrasiva y cangilones de acero inoxidable con un nivel de llenado del 40%, al igual que el sinfín: bajo nivel de llenado y transporte a bajas revoluciones para evitar el retorno del producto y el desgaste. También se estandarizaron las potencias de los motorreductores para ahorrar en costes de repuestos.